Los pandilleros claman venganza. Él les da su vida, completada, por la de dos jóvenes hmong que todavía tienen mucho camino que recorrer, esta vez, sin cometer errores.
Refleja la historia de un veterano con voluntad de hierro, que se ve obligado a enfrentar sus prejuicios a lo que será su propia salvación, particular, sin tomar parte de ningún pensamiento religioso, mientras que da a entender el valor socializador y humanizador de la religión.
La película incita a mostrar luces y sombras en todos los ámbitos raciales que aparecen. Resulta especialmente incisivo y crítico, el nuevo materialismo egoísta e irritante de las nuevas generaciones, representados por los pandilleros e hijos malcriados con ganas de dinero y poder.
Gran Torino es en el fondo una historia de maduración, clásica, tanto en un hombre de ochenta años, cómo en un joven inmigrante que encarna la maduración poco a poco.
Una maduración que consiste en abrir la mente y aprender de quien crees que no puedes aprender nada.
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Hola Olmo.
ResponderEliminarMe gusta el comentario que has hecho. Pienso que el tema de la venganza es la gran lección de la película. La venganza, cuando se usa, al primero que hace año es a uno mismo. Es la clave en la que el protagonista ha vivido. Y la conclusión final es resaltar el carácter absurdo y contraproducente de la misma para poder vivir con gozo la vida.